sábado, 30 de enero de 2010
Arlequín
El brinco arlequinesco. En su vida lúdica de apariencia externa que no la puede concretar en su vida interna y, me parece que no puede reírse de él, porqué él se mofa de los demás y los demás de él.
Se cierra en su espacio que no fue explorado, usa ropa simétricamente diseñada a la vida que propone, pero aun así no es acorde con lo que quiere demostrar.
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Pobre el Arlequín que viendo la belleza de su vestimenta no puede alcanzar la belleza interna que tanto añora. Oculta tras su risa estruendosa el amargo llanto que, cuando el manto nocturno cae, no le deja volar en los brazos de Morfeo. Arlequín despierta el mundo espera del sosiego que una risa apacible fruto de la alegría que solo el reflejo de tu alma podrá otorgar.
ResponderEliminarCuando llega la tristeza parece que lo hace con la intención de abatirnos, pero pone a prueba nuestro temple y nuestra fé, nos fortalece para seguir avanzando en la vida, encontrandonos con nosotros mismos en un afan de perfeccionamiento y superación, buscando en nuestro interior la paz.
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